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Tiffany Shlain quiere que se tome un Sabbat de su teléfono

La próxima vez que esté en un lugar público, como un autobús lleno o una plaza de comidas, tómese una momento para mirar a su alrededor. ¿Cuántas personas tienen la mirada fija en sus teléfonos completamente ajenos al mundo que los rodea? La creadora de los Premios Webby y cofundadora de la Academia de Artes y Ciencias Digitales, Tiffany Shlain, solía ser una de esas personas. Aunque la explosión tecnológica no fue en principio algo que la afectase, estar en línea constantemente la hacía sentir estresada y exhausta, pero se veía a sí misma como «indefensa ante la fascinación que ejercía sobre ella el aparato que tenía en la mano.» Hoy día, sin embargo, con una década de experiencia en lo que refiere a tomarse un tiempo de descanso de los dispositivos tecnológicos, comparte con nosotros algunos de los pasos necesarios para obtener una mayor libertad de la tecnología en su primer libro titulado «24/6: The Power of Unplugging One Day a Week.»

La alarma que despertó a Shlain tuvo lugar cuando a la muerte de su padre siguió el nacimiento de su hija. Afligida y abrumada buscó alivio donde sus seres queridos. Su marido le había propuesto la idea de tomarse un descanso del trabajo cada semana en honor al día de descanso judío. Juntos decidieron extender este ritual para incluir también un desenchufe de la tecnología, y así fue como, apagando todas las pantallas durante veinticuatro horas cada semana nació el «Sabbat tecnológico». El concepto del Sabbat es ideal para romper el hechizo que las pantallas ejercen sobre nosotros. Aunque los detalles de su celebración varían, se trata de una pausa sagrada en la rutina diaria. Shlain explica los beneficios que su familia ha logrado basados no solo en la fe, sino también en la ciencia.

«24/6» es en partes iguales un libro autobiográfico y un manual de instrucciones que contiene datos muy convincentes que lo motivarán para desenchufarse con regularidad. Shlain nos cuenta la historia de por qué nuestros calendarios se dividen en semanas de siete días, de cómo los gremios lucharon por una jornada laboral de ocho horas y un fin de semana de dos días. Señala con qué facilidad hemos permitido que el trabajo y las influencias exteriores invadiesen nuestro tiempo libre. Luego comparte con nosotros cómo vive su familia el Sabbat tecnológico: comienza con una comida ritual que incluye challah (un pan tradicional judío que generalmente tiene forma de trenza y se come en el Shabbat), Shlain nos da incluso la receta para prepararlo en casa.

En el capítulo siguiente del libro «Keeping Tech Human» refiere a las mejores prácticas para limitar los efectos nocivos de la tecnología. Estoy totalmente de acuerdo con la mayoría de estas prácticas, como por ejemplo terminar una conversación telefónica antes de entrar a una reunión o mantener contacto visual como parte importante de una conexión humana. De todos modos, teniendo en cuenta el título del libro, esperaba más énfasis en los beneficios de desenchufarse un día a la semana. No estaba preparada para la cantidad de información adicional y aquí pierde fluidez. Hubiese preferido saltearme eso y pasar al capítulo siguiente «Science of Unplugging.»

En «Science of Unplugging» Shlain pinta un panorama muy convincente de los potenciales daños que representa la tecnología actual y de los beneficios que percibimos dejamos descansar al cerebro de la catarata constante información que recibe. «Escaneos cerebrales demuestran que exhibimos los mismo patrones de conducta compulsiva mientras estamos en línea que cuando consumimos drogas», afirma. «Las investigaciones sugieren que [el tiempo de pantalla] está modificando nuestro cableado cerebral y posiblemente modificándonos nivel celular… Nos está volviendo menos compasivos y está reduciendo nuestra capacidad de mantener la atención sobre algo.» La autora nos explica que las pantallas han sido diseñadas intencionalmente para ser adictivas y que su uso excesivo está afectando nuestra salud y bienestar, tanto a nivel individual como colectivo. Existen numerosos estudios que prueban que separarnos de la tecnología para ahondar en otras inquietudes ayuda a mejorar el sueño, aumentar la productividad, la empatía y la creatividad, así como mejorar la memoria y la capacidad de retención.

Shlain recalca que como consumidores tenemos cierto poder de decisión que debemos ejercer usando las pantallas como las herramientas que son, en lugar darles el poder de regir nuestras vidas.

Aunque encuentro excesiva la cantidad de información que el libro ofrece, leerlo me ha ayudado a reflexionar sobre hasta qué punto me ayudan las herramientas tecnológicas y hasta dónde aumentan mi ansiedad y para hacerme recaer en conductas poco saludables. Ahora les pido me excusen: tengo que desenchufarme.

«La creación se abre camino en ritmos de trabajo y descanso, acción y paz. Practico #TechShabbat, un día a la semana sin pantallas, para descansar y poder volver al mundo a dar lo mejor de mí. El Santuario para la Paz del Ártico Marino brinda un lugar de descanso y restauración en el vulnerable Océano Ártico para continuar apoyando y contribuyendo con la vida en el planeta.» – Tiffany Shlain